En Livingry Center utilizamos distintos métodos para la fabricación de maquetas. Podría decirse que cada una de ellas requiere un planteamiento propio a la hora de diseñar su plan de modelado, despiece, materialización y montaje.
Proceso de fabricación digital y resultado final de una maqueta escultórica (recreación en bronce de la localidad asturiana de Villaviciosa a mediados del siglo XVIII). Trabajo realizado en colaboración con Capa Esculturas y Miautics.
Despiece y montaje de una maqueta didáctica de la Casa Farnsworth de Mies van der Rohe.
En las imágenes anteriores pueden apreciarse dos procesos muy diferentes debido, entre otras muchas cosas, al objetivo final de cada maqueta. De hecho, son ejemplos que ilustran muy bien la dialéctica entre dos formas de entender el modelaje: la recreación inalterable de una determinada escena frente a la utilización de la propia maqueta como instrumento para interpretar y transformar la realidad.
Si nos fijamos con más detenimiento en esta última, descubrimos el enorme potencial de la fabricación digital -y más específicamente de la impresión 3D- en procesos creativos que requieren un testeo de las características mecánicas, volumétricas y/o espaciales del objeto final. Ahora bien, dentro de esta misma categoría surgen también grandes diferencias en función de qué características pretendemos priorizar.
Lo entenderemos mejor al comparar la anterior maqueta de la Casa Farnsworth con otras dos maquetas totalmente distintas de esa misma referencia arquitectónica.
Si la primera pretende ser una representación lo más fidedigna posible del edificio, respetando incluso su lógica constructiva, la segunda (hecha con piezas Lego) pretende más bien una representación icónica. Eso sí, en ambos casos se ha creado un sistema de relaciones tan estricto y unívoco que las dos maquetas, desde un punto de vista topológico, terminan siendo tan inalterables como esa maqueta de bronce que mostramos al principio.
La tercera maqueta, en cambio, es tan solo un estado más de las piezas que la componen. Es decir, sus piezas no son elementos fabricados exprofeso para la materialización de un determinado objeto, sino que son piezas instrumentales, como las múltiples composiciones que pueden hacerse con ellas. Por otro lado, en estas piezas priman las características espaciales de aquello que se representa y la facilidad para redefinirlas, lo que las convierte en herramientas de proyecto.
¿Y si con ese mismo sistema de representación diésemos el salto a un entorno virtual?
Modelo virtual de la Casa Farnsworth utilizando el sistema de representación Livingry City dentro de un entorno openBIM (plataforma cloud tipo SaaS con aplicaciones usBIM, de ACCA Software).
Obtendríamos entonces algo que trasciende a dicho sistema de representación arquitectónica (Livingry City); estaríamos ante una nueva manera de entender los llamados gemelos digitales.
Permanezcan atentos/as si quieren conocer más detalles al respecto.
